Prototipos familiares

Equivocar la educación de un hijo, con el control de la vida de este, no lleva a otro camino que la sobreprotección, manipulación, cha...



Equivocar la educación de un hijo, con el control de la vida de este, no lleva a otro camino que la sobreprotección, manipulación, chantaje emocional y la anulidad mental de quien no es capaz de resolver sus problemas por el mismo, dificultando su autonomía y independencia.
Hijos incapaces de tomar sus propias decisiones y solucionar los problemas que se le presentan, obligado a dar las explicaciones pertinentes y viendose en la obligación de justificar todos y cada uno de los movimientos que hace o tiene deseo de hacer, dejando a un lado el respeto por ambas partes sobre la persona con la que convive.
Estos casos son nefastos para una relación sana, generando desconfianza, soledad, desamparo e indiferencia a la persona que convive con este tipo de circustancias, siempre siendo la pareja de este.

Los estudios dictan que los hijos ya mayores que acepten y permitan estos hechos, serán desgraciados independientemente de la pareja que estos tengan.
Mismos estudios concretan la necesidad de que no debe darse más información de la precisa, no entrar en detalles concernientes a la pareja e incluso no exponer los planes de estos.
No se debe permitir que una madre te impida vivir como tú deseas y si estás casado o tienes pareja, no consientas que interfiera en vuestros asuntos.

Mantenerse firme en tu postura, sin miedo a lo que pueda ocurrir es necesario, en cambio si cedes ,tan solo conseguirás reforzar el caracter de la persona entrometida día tras día.

En este tipo de situaciones ¿en que lugar queda la pareja?
¿Es acorde que la madre de un hijo disponga y opine sin derecho y objeción alguna?

Mi madre: Una mujer que jamás ha sentenciado, nunca ha salido de su boca palabras como "tienes que", todo lo contrario, madre de tres hijas que supo sacarlas adelante sola de la nada y empezando de cero, siempre ha dado la libertad que hemos necesitado, esto, puede que no lo entiendan personas que deben saber de sus hijos todos los días, necesitan hablar con el, todos los días o necesitan ser el centro de las ideas y planes de futuro de sus hijos, no. Mi madre siempre ha tenido un momento de consejo, siempre ha tenido un hombro, siempre ha apoyado nuestras ideas, nuestros deseos y si hemos de obrar mal y equivocarnos, que lo veamos por nosotras mismas.

Mi madre es la primera en decirme: "Hija, a mi me hubiera gustado tener tu seguridad y tu inconformidad en muchas situaciones en la que he callado y he sufrido, admiro que tengas la confianza y la autoridad de decir lo que opinas y decidir poner punto final cuando te pierden el respeto"

Por eso, me es completamente fuera de lugar pasar por situaciones que en mi vida, en mi casa y en mi familia jamás he pasado, personas que en mi caso, tienen derecho a opinar y exponer y aún así, tienen por idea preconcebida, que eso no debe ser; pues una pareja es solamente cosa de dos.
Y en cambio, debo respetar, debo aceptar, debo transiguir que pasen momentos de implicaciones en mi pareja, mi casa y mi vida con personas que se encuentran fuera de un núcleo familiar.

El principal problema reside en el papel del hijo-pareja que es determinante, en su momento, el hijo nunca ha interpuesto o ha sabido acordar los límites en que deben desarrollarse las relaciones parentales, concluyendo en problemas de pareja y rompiendo finalmente la relación; pues no merece la pena perder el esfuerzo, el tiempo, dinero y las energías en personas que ni entienden, ni respetan a la persona con la que se han emparejado.

Cuando una persona no es capaz de entenderlo, mucho más no queda. Es triste dar con estas situaciones y tener que poner punto y final a una relación; pero más penoso es que la persona con la que decides convivir, no te respete.


Tamara Ferrero.

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