Se ve que se acerca la festividad navideña.
Los centros comerciales llenan sus estantes de botellas de toda clase de vinos, de carnes, pescados, turrones…
Mucha gente ya lleva los carros repletos de todo y no es para menos.
Ya sea por que es mejor fraccionar los gastos de la comida-bebida u ya sea por que ahora hay buenas ofertas, lo cierto es, que nos gusta comprar esos productos típicos navideños.
Los hay más sibaritas, que piden ostras para comerlas crudas al limón tal cual, los hay que solo les gusta los langostinos, o los hay carnívoros.
Los hay que se van a comer-cenar fuera, quienes todo lo compran ya hecho, quienes son los reyes de los entrantes y entremeses.
Sea como fuere, nos gustan las navidades.
Para mi, las navidades si son comerciales; pero para mi, todo lo es, ya sea verano, otoño, primavera u invierno, cada temporada tiene su ropa, su decoración, su fruta y gastronomía.
Disfruto decorando mi casa para la ocasión, tengo un belén familiar muy viejo y barato; pero le tengo mucho aprecio y aunque las figuras de plástico ya no tengan casi ni color y la estrella del pajar este pegada unas 100 veces, soy feliz pegándome por poder dejar en pie los camellos de finas patas y por hacer que los 6 cerditos que tengo, no se pierdan entre el musgo.
Me gusta el ambiente que da las luces del árbol de tantos colores y parpadeos, el brillo de las bolas metalizadas y el Cd de villancicos.
Pero soy sincera cuando digo, que estas fechas me sirven para innovar aun más, si cabe, en mi cocina.
Todo es por que esas fechas aprovecho a comprar productos que normalmente no encuentro, sobre todo, carnes especiales: pavita, faisán, pato, perdiz, ciervo…
Soy muy carnívora, mucho, poco y nada me gusta el pescado, en cuestión de marisco, tampoco hay diferencia, solo me gustan los langostinos y la sopa de marisco (ambas cosas como solo mi madre sabe hacerlos y que son secreto de familia).
Ya en estos días, empiezo a pensar platos, hacer cálculos, mezclas, apuntes y dibujos, todo para tener todo listo para esos días.
Me gusta comer (se nota demasiado bien) y todo lo cuido al detalle, ajustándolo a mi bolsillo, siempre consigo platos únicos, platos sabrosos y platos aptos del mejor restaurante.
De momento, tengo 3 entrantes, un plato de carne, uno de pescado ya pensado, también tengo dos postres y dos confituras, que estoy preparándolas en estos días, ya que como les hago el vacio, duran todo el año.