Aprendiendo micología

                                            Hace varios años que me gusta el mundo de la micología y hace mismos años que llevaba ...


                                           
Hace varios años que me gusta el mundo de la micología y hace mismos años que llevaba con la idea de aprender algo sobre ella. De siempre me ha gustado ir a recolectar frutos y hierbas que la naturaleza nos da; pero en el tema de micología, su respeto y el escaso tiempo para acudir a seminarios, talleres y salidas me era imposible.
Este año me prometí aprender aunque sea un poquito y empecé por lo más básico: Aprovechar las redes sociales para ello, por tanto y tras pedir invitación a un grupo de micología Asturiano, fui colgando las fotografías que iba haciendo de todas las setas que me encontraba en mis salidas de rutas senderistas, cuales hacía cámara en mano.
Tenía claro (y lo tengo) que antes de coger nada, tenía que saber a ciencia cierta qué tipo de seta me encontraba, si era comestible y como diferenciarla de su compañera tóxica; pues hay muchas setas que son idénticas en forma y color y esto puede llegar a confundirse muy fácilmente.
La verdad es que en el grupo, enseguida me han ayudado, cosa que me ha sorprendido gratamente y mis primeras setas a exponer en él, fue una enorme Macrolepiota Procera que he podido ver de la que recogía castañas en una ruta cerca de avilés, tras saber cómo no confundir la tóxica de la comestible, no dude en volver a por ella gracias a Guillermo Santos; pues me había acompañado ese día.
Comprobé en la base y en el anillo que efectivamente era la seta comestible y pude ver con sorpresa cómo dos de los ejemplares más pequeños que había visto tan solo dos días atrás, ya estaban realmente enormes y la grande que yo había visto ¡aún más grande!


No dude y me traje para casa en mi cestita comprada para la ocasión y una navajita los tres ejemplares de las Macrolepiotas Proceras que ya me ocupaban toda la cesta entera jajaja, además también aproveché a coger algunas ramas de hierbabuena fresca, ya que van de lujo para postres, tés y los mojitos que preparo en casa.
Tras llegar a casa y limpiarlas con un trapito un poco húmedo y guardarlas en la nevera entre papel de horno, he tardado un par de días en hacer algo con ellas; porque no tenía claro que poder hacer; pero me decanté a hacer un cachopo de setas cuando vi numerosas recetas en la red y todas ellas comentaban que era un lujazo de plato.

Ahora y tras estrenarme en este gran mundo setil, tengo enormes ganas de seguir y me siento como una niña con zapatos nuevos.


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